miércoles, 14 de abril de 2010

Dante Panzeri, a 32 años de su muerte


Dante Panzeri murió en Buenos Aires el 14 abril de 1978 a la edad de 57. Ese día, yo, que nací en Comodoro Rivadavia tres años después, también el 14 de abril, todavía no era -creo- ni siquiera un pequeño plan en la vida de mis viejos. Esta casualidad del calendario, por alguna extraña e idiota razón, siempre me hace inflar el pecho de orgullo. Estoy consciente que el lazo generado por "el borracho" de abril no supone una transferencia de aptitudes éticas, estéticas y políticas. Sin embargo intento levantar algunas de sus banderas, lo difícil es sostenerlas.

Empiezo por donde debería terminar esta nota. ¿Cuál es la frase que se repite una y otra v
ez al referirse a Panzeri, esa que supuestamente propondría una definición del fútbol a la que la gran mayoría adheriría? Dijo bien, "fútbol, dinámica de lo impensado". Ahí está Panzeri, resumido en tres palabras. Panzeri para escuelas de periodismo, Panzeri para TEA, Panzeri para principiantes, Panzeri para dummies. La frase es un mantra que repite la fauna periodística para legitimar su discurso, es una cita autorizada, memorizarla es materia imprescindible en la currícula. No obstante, es mucho más que una línea: es un maldito libro, es una verdadera apuesta intelectual por redescubrir aquello que escapa a la razón moderna, en este caso, el juego y la imposibilidad de determinar la práctica por una operación del pensamiento. Es una trinchera desde donde se cuestiona el modo imperante para pensar las prácticas y las representaciones del fútbol.

Panzeri publicó
Fútbol, dinámica de lo impensado en 1967 unos años después de haber dejado la redacción de El Gráfico, donde trabajaba desde la década del 40 y se había constituido en una de las plumas célebres del perdiodismo nacional, luego de negarse a publicar un artículo de Alvaro Alsogaray (político/militar/economista argentino, de marcada tendencia ultraiberal, golpista, gorila y garca).

El libro comienza con una sentencia:
"Este libro no sirve para nada". No se puede enseñar a jugar al fútbol a través de un libro, como no se puede aprender a manejar con la lectura de un manual, y esto se debe, fundamentalmente a:

"...la permanente incógnita, la inconmensurable capacidad humana para crear y para resolver el imprevisto, para producir lo espontáneo que frecuentemente destruye al método que el mismo hombre alternativamente, tanto crea como destruye."

A partir de este párrafo Panzeri desarrolla una discusión con un fenómeno cada vez más general en el fútbol: la superprofesionalización del juego (y su conversión en Show) y la tecnificación del saber sobre ese juego (la supremacía de los Directores Técnicos, "instrumentadores de la inaudita automatización de la espontaneidad"). Este proceso, dice Panzeri, "empezó disfrazándose con la necesidad de adaptar el fútbol al progreso de la humanidad moderna", alimenta el afán consumista de "tácticas", "planes" y "estrategias" de quienes creen "que la espontaneidad puede ser organizada" y se ampara en el discurso periodístico que sostiene este concepto y lo promueve.

(Inicio de digresión histórica que hace al tema del artículo)
En los años sesenta, luego del "desastre de Suecia 58", se impone el modelo europeo en el entrenamiento y la preparación para el juego. El relato dominante decía que nuestros jugadores eran ricos técnicamente pero carecían de la fortaleza física y el orden táctico de los europeos. Pero claro, en el Mundial 58 quien salió campeón fue Brasil, en Chile 62 también. No obstante, en Argentina nos tragamos el cuento. La cara que vino a representar esta tendencia fue Juan Carlos Lorenzo, mentado discípulo del italiano Helenio Herrera y supuesto "modernizador" del fútbol local. Bajo su dirección técnica pasamos sin pena ni gloria por Chile, el mundial del "indisciplinado y malformado" Garrincha, apelamos al chauvinismo y al "Campeonato Moral" en Inglaterra 1966, y nos quedamos afuera de México 1970. Mundial donde Brasil brilló, jugando un fútbol creativo, ofensivo y efectivo moldeado por Joao Saldanha, un nombre olvidado -como Panzeri- por el status quo del fútbol mundial.
(Fin de digresión histórica que hace al tema del artículo)

Panzeri escribe disputando sentido, peleandolé al discurso hegemónico su concepción del fútbol y el deporte. Critica y denuncia (luego lo llamará hipertrofia) el hecho observable de que "son muchos más los que juegan desde afuera que cuantos los hacen en la cancha". En la página 23, bajo el nombre de "Obra Maestra de la Psicosis Tecnológica", Panzeri enumera (no sin cierta ironía) 22 actividades que se vinculan directamente con un equipo. Entran acá el kinesiólogo, dietólogo, pedicuro, utilero, Manager (¡ya en esa época!), hasta un metereólogo. Panzeri concluye diciendo que "a medida se hace más fuerte la duda acerca que quiénes saben el fútbol que nadie puede enseñar, más abundan los diplomados de supuesta capacidad para enseñar este fútbol que no se puede enseñar".

Lo destacable del primer libro de Panzeri (el segundo es Burguesía y gangsterismo en el deporte, de 1974) es que está lleno de ideas y discusiones, muchas, o todas, vigentes hoy. Aún más, conceptos totalmente NECESARIOS hoy. Intentaré continuar con notas sobre Panzeri, trabajando sus libros para pensar el presente.

Desde sus textos se pueden discutir muchos lugares comunes esgrimidos hasta el cansancio para criticar el desempeño de Diego Maradona como DT de la Selección Argentina. Proximamente en Rumbo a Sudáfrica más argumentos para la Campaña por los Libres Planteos Tácticos.

Dante Panzeri, ¡Salú!


2 comentarios:

Nando dijo...

Hace mucho, mucho tiempo, cuando la tele era en blanco y negro escuche un comentario de Panzeri al finalizar el primer tiempo de un River- Boca que me quedo grabado para siempre. Comenzò hablando de la enorme expectativa que habia generado el partido, de lo que todos esperaban del Super-Clasico, de lo que habia en juego etc etc. y termino diciendo mas o menos esto: "Como me gustaria ser pibe y estar pateando una pelota de goma en algun potrero con los amigos en vez de estar soportando este bodrio". Se lo imaginan a "Miembro" o al "Bambino" diciendo una verdad asi?. Hay muchas anecdotas sobre Panzeri, muchisimas, pero como muchas cosas en la Argentina se tapan y se las olvidan. PANZERI CAPO TOTAL.

Lucas Martin dijo...

Nando querido, que lindo leerte por acá. Gracias mil por el comentario y por el aporte valioso de la anécdota. Hoy Niembro, despues del partido que Barca le gana al Inter pero igual queda afuera, Niembro se salía de la vaina por demostrar su militancia en el equipo de los "resultadistas", así eso lo lleve a defender el planteo mezquino -pero leal- del equipo italiano.

Panzeri se oculta, es verdad, y se lo hace con su propio legado, es tapado por la dinámica de lo impensado. Abrazos.